El estrés laboral aparece vinculado con un deterioro del rendimiento en el trabajo debido a factores como problemas de salud, absentismo, rotación, accidentes laborales, consumo de drogas y alcohol o comportamientos contraproducentes. Estos problemas suponen costes evidentes para las empresas, como se refleja en el aumento significativo de las solicitudes de incapacidad debido a disfunciones psicológicas que se ha producido en los últimos años.