Soy Eva García, psicóloga en Hogrefe Tea Ediciones, y junto a Rebeca Sánchez, somos las organizadoras y moderadoras. Hoy contamos con las dos responsables de la adaptación española de la nueva versión de la Figura de Rey, que estará disponible a partir de la primera semana de abril. Nos acompañan Belén Ruiz y Yaiza Puch, psicólogas y expertas en metodología de las ciencias del comportamiento, del departamento de I+D de Hogrefe Tea Ediciones. Ellas nos contarán los cambios y mejoras que se han realizado en este clásico de la evaluación clínica y neuropsicológica.
Actualizaciones y mejoras en la nueva edición de la Figura de Rey
Presentación y Contexto Histórico
Belén Ruiz explica que el objetivo es presentar el nuevo manual de la Figura de Rey (RCFT), destacando las novedades y puntos fuertes de esta nueva edición.
La Figura de Rey, creada por André Rey en 1941, se diseñó inicialmente para evaluar la organización perceptual y la memoria visual en personas con lesión cerebral. La prueba ganó rápidamente popularidad, lo que llevó a Osterreith a estandarizarla en 1944, desarrollando un sistema de corrección que dividía la figura en 18 partes o unidades, puntuadas según su posición y precisión. Este sistema buscaba ofrecer una corrección más cuantitativa y reducir la subjetividad en la interpretación de la prueba.
Desde entonces, la prueba ha evolucionado con diversas versiones y sistemas de corrección, incluyendo la de Taylor y la cualitativa de Boston. Además, se han añadido nuevos elementos, como el uso de lápices de colores y tareas de reconocimiento, para maximizar la información obtenida. Hoy en día, la prueba se utiliza no solo para evaluar la organización perceptual y la memoria visual, sino también otras patologías, consolidándose como una de las herramientas más utilizadas en la evaluación neuropsicológica.
Belén Ruiz explica que el objetivo es presentar el nuevo manual de la Figura de Rey (RCFT), destacando las novedades y puntos fuertes de esta nueva edición.
La Figura de Rey, creada por André Rey en 1941, se diseñó inicialmente para evaluar la organización perceptual y la memoria visual en personas con lesión cerebral. La prueba ganó rápidamente popularidad, lo que llevó a Osterreith a estandarizarla en 1944, desarrollando un sistema de corrección que dividía la figura en 18 partes o unidades, puntuadas según su posición y precisión. Este sistema buscaba ofrecer una corrección más cuantitativa y reducir la subjetividad en la interpretación de la prueba.
Desde entonces, la prueba ha evolucionado con diversas versiones y sistemas de corrección, incluyendo la de Taylor y la cualitativa de Boston. Además, se han añadido nuevos elementos, como el uso de lápices de colores y tareas de reconocimiento, para maximizar la información obtenida. Hoy en día, la prueba se utiliza no solo para evaluar la organización perceptual y la memoria visual, sino también otras patologías, consolidándose como una de las herramientas más utilizadas en la evaluación neuropsicológica.
La Importancia de la Prueba a Nivel Mundial
Belén presenta una encuesta realizada a profesionales estadounidenses y canadienses, organizada por la APA y la Sociedad Internacional de Neuropsicología, que posiciona a la Figura de Rey como una de las pruebas más utilizadas tanto para la evaluación de la memoria (tercer lugar) como para las funciones ejecutivas (segundo lugar). Aunque no hay datos específicos para países hispanohablantes, es evidente que la prueba se utiliza globalmente.
Unificación y Estandarización
Belén invita a los asistentes a compartir en el chat cómo utilizan la Figura de Rey en su práctica diaria, destacando las diferencias en la aplicación de las pruebas de recuerdo inmediato y demorado. Estas variaciones subrayan la falta de estandarización que ha surgido desde las versiones iniciales, lo que ha llevado a la creación de esta nueva edición para unificar criterios y mejorar la comparabilidad de los resultados.
Conclusión
Se destaca que las actualizaciones en esta nueva edición están diseñadas para resolver inconsistencias en la aplicación y puntuación, garantizando una mayor precisión y fiabilidad en los resultados.
